Escuchar y aprender
Desde el kinder hasta los primeros años de primaria, la capacidad de lectura de un niño crece a pasos
agigantados. Si bien los maestros brindan gran ayuda, los padres siguen
cumpliendo un papel muy importante en el desarrollo de la lectura de su hij@.
Los niños que están comenzando
a aprender a leer incorporan más información escuchando la lectura de un libro
en voz alta que leyéndolo por su cuenta. Esto es especialmente cierto en lo que
respecta al desarrollo del vocabulario: los niños aprenderán mucho más sobre el
significado de las palabras escuchando la lectura de un libro en voz alta y
hablando sobre las nuevas palabras con sus padres que leyendo por su cuenta.
A medida que mejoran las
habilidades de lectura de su hij@, este comenzará a leer por su cuenta. Sin
embargo, esto no significa que deba dejar de leerle. Leer juntos en voz alta
puede ayudar a ampliar el vocabulario, a mejorar las habilidades de lectura y a
promover un sentido de intimidad entre usted y su hij@. Fomente charlas sobre
los personajes y comparta su reacción a los libros para ayudar a reforzar la
conexión entre lo que lee y la vida cotidiana.
Si en cualquier momento tiene
inquietudes sobre el nivel de lectura de su hij@, hable con el maestro de su
hij@, con su consejero de la escuela y con su médico. Es posible que los niños
que no muestren un progreso adecuado en la lectura padezcan un trastorno de
lectura, como dislexia. La mayoría de los niños pueden convertirse en lectores
si cuentan con la asistencia educativa indicada, pero identificar el problema y
abordarlo de manera temprana dará los mejores resultados.
¿Qué se puede leer?
A medida que su hij@ se
convierta en un lector más seguro, siga presentándole una amplia gama de
libros. Si se trata de leer en voz alta, busque dos tipos de libros: los que su
hij@ puede leer por su cuenta y aquellos que están fuera de su nivel actual de
lectura independiente. Gracias a esta combinación, su hij@ puede releer algunos
de estos libros por su cuenta, mientras que usted deberá leer (o al menos
ayudar a leer) los más complicados, que le permitirán a su hij@ disfrutar de
una historia más sofisticada y aprender palabras nuevas.
Al momento de elegir libros,
tenga como referencia principal los intereses de su hij@. ¿Deportes?, ¿música?,
¿dinosaurios?, ¿princesas?... Busque libros sobre temas que sabe que a su hij@ le interesan y libros que se relacionen con estos temas.
Otros tipos de libros que les
pueden gustar a los niños son:
- biografías
de personas famosas
- libros
sobre niños que enfrentan desafíos
- libros
que contienen juegos de palabras
- libros
de misterio
- libros
de literatura fantástica o de ciencia ficción
Otra forma de captar el interés
de su hij@ es eligiendo libros que tengan una conexión personal. Cuéntele
cuáles eran los libros favoritos de su infancia y cuéntele porqué le gustan
tanto. A los niños también les puede gustar leer las versiones para jóvenes de
las revistas que usted lee.
¿Cuándo y cómo leer?
La agenda de un niño de edad
escolar puede estar muy ajustada. Es posible que no tenga tiempo para sentarse
a cenar porque tiene que pasar a buscar rápidamente a su hij@ por la clase de
fútbol para llevarl@ a las clases de música. Pero si puede dedicar 30 minutos
del día a leer con su hij@, ayudará a garantizar su éxito futuro en la lectura.
Incluso si esto no fuera posible, recuerde que cualquier momento que le dedique
a la lectura es mejor que nada.
Use las mismas estrategias que
implementó cuando su hij@ era más pequeño: hable acerca de lo que lee antes,
durante y después de la lectura y haga preguntas abiertas que alienten a su
hij@ para que entable una conversación con usted. Lea de manera expresiva y con
placer.
Pero a esta edad, es importante
dejar que su hij@ le lea a usted. Pueden optar por turnarse para leer ("Tú
lees una página, luego yo leo otra", etc.). Para ayudarlo a comprender las
palabras menos conocidas, puede "practicarlas" con anterioridad pidiéndole
a su hij@ que señale las palabras que usted dice en una página determinada o
incluso en una línea específica del texto.
Si su hij@ se encuentra con una
palabra que no conoce mientras lee, aliéntelo para que la saltee y siga leyendo
el resto de la oración y, luego, piense qué palabra tendría sentido en ese
contexto ("¿Qué piensas que quedaría bien en esta oración?"). No
corrija todos los errores que comete su hij@, ya que esto sería frustrante para
ambos. Si su hij@ parece sentirse desalentado o frustrado mientras lee, ofrézcale
continuar con la lectura.
Dedicarle tiempo a la
lectura
Leer en voz alta no es la única
forma en que puede alentar a los niños para que lean. En la vida cotidiana se
presentan muchas oportunidades, como pedirle a su hij@ que lea una receta
mientras cocinan juntos. O si está jugando un juego nuevo, pídale a su hij@ que
lea las instrucciones.
Puede incluir a los niños en la
planificación de las vacaciones familiares pidiéndoles que lean los folletos o
las revistas sobre un destino posible y resaltando lo que te interese.
Cuando use
Internet, enséñele a sus hijos a que cuestionen y piensen de manera crítica
sobre la información que encuentran en línea.
A medida que su hij@ crece y
pasa menos tiempo con usted, leer juntos puede seguir siendo una manera de
conectarse con él a diario. Hablar sobre lo que leyó le permite conocer la
imaginación de su hij@ y sus pensamientos sobre el mundo.
Fuente:
http://kidshealth.org
Artículo original revisado por: Carol A. Quick, EdD, 2013
Imágenes:
Creative Common Google images
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